Conquístame si puedes: Claves del amor para tener éxito en el marketing (o viceversa)

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Escrito por Cursos Marketing Digital

Conquístame si puedes:

Claves del amor para tener éxito en el marketing (o viceversa)

El amor y el marketing también son cuestión de método; de conocer a la pareja (audiencia) y darle lo que quiere (o necesita) en el momento indicado para hacer sentir cómoda a la otra persona, convencerla de que tome el riesgo de querer estar contigo una vez y luego volverte necesario, indispensable para que no quiera dejarte nunca más.

En unos casos, el proceso entra por los ojos: lucimos poderosos, atractivos, deseables. En otros, se trata de algo más racional y todo indica que somos confiables, seguros, justo lo que necesitamos. Pero sea cual sea el caso, todo comienza con seleccionar la audiencia (pareja) y hacer los pasos clave para que la estrategia funcione.

De nada sirve que nuestros consumidores prueben una vez y no regresen a nosotros. Es como tratar de conquistar a alguien por mucho tiempo y que logres llevarlo o llevarla a la cama una vez. Claro que lo vas a pasar bien, que lo vas disfrutar, pero si lo que quieres es una relación, tu meta es que ese momento de pasión se repita una y mil veces. De lo contrario, será frustrante y con suerte serás apenas un grato recuerdo.

Para tener éxito en el marketing y en el amor y lograr los resultados esperados con nuestra audiencia, son cuatro las etapas que no puedes olvidar. En cada uno de esos momentos, lo más importante es no perder de vista nuestro objetivo final: que la persona caiga rendida a tus pies.

Investigación de producto e investigación de mercado: qué eres y en verdad cuáles son tus ventajas; qué quiere la audiencia y cómo encajas allí. Estos elementos forman parte de lo que se llama marketing estratégico y es toda la etapa de conocimiento previo, de recopilación de toda aquella información que nos será de utilidad. Lo primero es conocerte muy bien a ti mismo, saber qué puedes ofrecer y cómo serás reconocido por los demás. Lo siguiente es saber lo más posible de esa persona que te movió el piso y es el centro de tu atención: qué quiere, qué necesita, cómo puedes satisfacerla, qué han hecho mal los que fracasaron en el intento. En fin, se trata de saber todo lo que puedas conocer de esa persona para afinar la estrategia.

Lo siguiente pasa por destacar tus virtudes: todos tenemos elementos que nos distinguen y nos hacen más deseables. La idea está en hacer más visibles los factores favorables y menos notorios aquellos que no son del agrado de los demás. Nadie quiere que esos puntos débiles salgan a relucir en una primera cita y por eso siempre escoges la ropa que crees que mejor te queda, intentas tener conversaciones interesantes y vas a lugares donde te sientes más cómodo. Esto equivale al marketing mix.

El próximo paso es convencer a esa persona de que finalmente pruebe. Ya estás ejecutando el programa de marketingy es el momento de poner la estrategia en marcha. Están “comenzando a salir juntos” y llegas a la tan esperada “tercera cita”. Es una etapa de muchos riesgos, porque no se conocen bien y no saben exactamente qué esperar del otro, pero es importante satisfacer los anhelos. Lo que prometiste, lo que has sugerido que encontrarán en ti, debe cumplirse si quieres que la relación tenga un mañana.

Si has logrado todo lo anterior, estás encaminado, pero ahora toca lo más difícil: que ya no quiera estar con otro, ni siquiera una probada. Es necesario estar atento a la evolución de sus gustos y requerimientos, sus cambios de humor; tienes que controlar todo, introducir mejoras para mantener alineadas las expectativas de ese cliente con los productos para asegurarte de dejar a la competencia fuera, porque siempre hay otros que quieren ser parte de ese mercado.

Como viste, la conquista es apenas el comienzo: el verdadero trabajo está en mantener esa relación por la mayor cantidad de tiempo que sea posible. Y como en el amor, la clave está en escuchar. Los que lo han logrado tienen en común que han mantenido una buena comunicación. Puedes preguntarles a las marcas más exitosas, y es seguro que también te lo dirán tus abuelos.

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